Por Luis Ernesto Rojas Ávila
Director General COFOCE

Ante la reciente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el mundo se ha puesto “de cabeza”.
Un tema nos ha queda claro: una nueva era económica ha iniciado… Taiwan, China, Rusia, Europa Occidental, los Brics y en especial Canadá y México estamos enfrentado cómo países una dura “tensión“ e incertidumbre ante las amenazas del Presidente Donald Trump de imponer aranceles a todos los productos importados desde estos países a los Estados Unidos.
En el primer periodo presidencial de Donald Trump, en 2019, vivimos una situación muy similar en donde amenazó con poner aranceles de un 5 por ciento y que estos siguieran incrementando hasta llegar a un 25 por ciento si México no flexibilizaba sus políticas para cooperar con la migración y sobre todo con el famoso muro.
La historia, en junio del 2019, tuvo un final feliz, se llegó a una conciliación unos días posteriores a su amenaza y nunca se implementó ningún arancel.
Todo parece indicar que, para esta segunda temporada de Donald Trump, en su versión “recargado” que su amenaza de imponer el 25% de aranceles a diversos sectores se puede llegar a consolidar. Esta situación nos lleva a una reflexión: ¿Verdaderamente Trump es nuestro enemigo?
México puede aprovechar esta oportunidad si atiende las grandes reformas y nos enfocamos en elevar una política pública que por primera vez empodere a las micro, pequeñas y medianas empresas que hoy representan el 98 por ciento de la población empresarial de nuestro país.
Seguimos pensando que el crecimiento viene de afuera hacia adentro, pero estoy convencido de que el crecimiento es de adentro hacia afuera.
México es una potencia en desarrollo de software, tenemos a los mejores ingenieros desarrolladores de software, sin embargo hoy seguimos maquilando para las grandes empresas de Silicon Valley.
México tiene un tratado que le permite llegar independientemente de los aranceles, al mercado más grande del mundo a través del nearshoring, sin embargo, no lo hemos logrado capitalizar; si visualizáramos el nearshoring como un tren, hoy nos daríamos cuenta de que el 95 por ciento de los pasajeros no son mexicanos, son indios, son vietnamitas, tailandeses; México no han logrado realmente abrazar el nearshoring y el tren cada vez avanza más rápido.
Las oportunidades son mayores que los desafíos, pero necesitamos dejar de voltear a ver solamente las amenazas externas, para comenzar a enfocarnos en las oportunidades internas.