Por Michiko Hayashi
Comunicóloga por la Universidad de Indiana, EEUU
Empleada doméstica’ en México. Su existencia es muy común, y se dice que proporcionarles trabajo a estas personas – que regularmente tienen un ingreso muy bajo-, ayuda a contribuir socialmente. He vivido en este país aproximadamente 3 años, y he tenido la suerte de conocer a un empleada doméstica muy confiable. Hasta hace poco…
Era tranquila y trabajadora, pero su manera de trabajar un día se volvió inestable. Y finalmente, ella me dijo ‘quiero mi liquidación porque renuncio a mi trabajo’ y me envió un monto estimado por la Procuraduría del Trabajo en Guanajuato. Un abogado mexicano me dijo: “Aunque no hay obligación de pagarle porque renunciar a su trabajo fue elección propia, sería recomendable darle el equivalente a dos semanas de trabajo como aguinaldo y firmar un acuerdo si quiere terminar este problema de manera tranquila”. Sin embargo, ella no estuvo de acuerdo y me pidió más dinero. Acudió de nuevo a la Procuraduría y envió una carta formal para comenzar un alegato, incluyendo a una persona más en la discusión. Me quedé muy sorprendida por su reacción.
Acudimos a la Procuraduría del Trabajo, que es una agencia de Gobierno cuyo propósito es proteger los derechos de los trabajadores y que siempre está llena de gente. Esta vez, el objetivo de la reunión era resolver la situación mediante un alegato, no era un juicio formal. Yo aún tenía derecho a rechazar el pago si no llegábamos a un acuerdo. Sin embargo, lo que tenemos que tener en cuenta en esto es que, en caso de que el problema se lleve al siguiente nivel, una demanda, ella puede utilizar el sistema de defensa de forma gratuita. En cambio nosotros, como empleadores, tenemos que pagar costosos honorarios a los abogados por nuestra propia cuenta. Dado que los honorarios de los abogados serían muy caros en un caso como este, la mayoría de los empleadores queremos terminar antes que el problema se convierta en una demanda.
Además, la Procuraduría tiende a proteger a las personas de bajos ingresos. La mayoría de los casos que atienden no tienen un contrato o calendario de trabajo, así que no hay manera de comprobar los hechos. Yo también tenía una gran desventaja porque, en realidad, en las discusiones que involucraban al juez la historia de el empleada doméstica estaba llena de mentiras y expresiones exageradas, pero yo no podía comprobar que lo eran. Sin embargo, mi reclamo llegó a oídos del juez, y el pago se pudo resolver a favor del empleador.
Los problemas al emplear amas de llaves son muy comunes aún para los mexicanos, pero los japoneses debemos ser más cuidadosos porque somos extranjeros que no estamos familiarizados con el idioma y la cultura. ‘Confiar’ en alguien es muy difícil. Al darle empleo a una persona, debemos tomar medidas adecuadas, como preparar un contrato.
Mi empleada doméstica cometió un gran y terrible error. Si ella siguiese trabajando conmigo, pudo haber recibido aguinaldo, regalos de Navidad, regalos de cumpleaños y liquidación completa (que se produce cuando yo regrese a Japón) sin problemas.
Además, estaba pensando en regalarle muebles y ropa por mi mudanza, pero ella perdió todo esto por su fuerte avaricia.
PD. Estoy muy agradecida con todos mis amigos en México,
que me han apoyado durante todo este tiempo.