Por Kokó México
Ir a comprar una jeringa a la farmacia y pedirle a una vecina o una amiga que te inyecte el medicamento recetado, es para los japoneses una actividad sorprendente e increíble.
Lo que para los mexicanos es una actividad normal, para los japoneses que viven en el Bajío es una acción de riesgo.
En Japón no se venden jeringas a cualquier persona a menos que tengan un permiso de autoridades sanitarias que justifique su uso médico. Tampoco es común que cualquier persona ponga inyecciones. Inyectar es exclusivo para doctores o enfermeras.
Ahora en tiempos de pandemia por el COVID19, los japoneses que viven en México han tenido que comprar jeringas en las farmacias pero acuden con un doctor para que les apliquen el medicamento. “Nos da miedo que nos inyecte cualquier persona, es mucho riesgo”, comentó una japonesa lectora de Kokó México.
Incluso, el solo hecho de ir a la farmacia a comprar una jeringa resulta ser una experiencia “única”.
“Esto no pasa en Japón”, comentó Mirei Sakuma, una japonesa que vive en México desde hace más de 3 años.
En Japón son muy estrictos en el manejo de las inyecciones.
Incluso, muchos japoneses que viven en el Bajío mexicano, no confían en ponerse la vacuna para el COVID19. Dudan de su efectividad.
Ellos prefieren esperar las indicaciones de su gobierno sobre el proceso de vacunación contra el COVID19.