Hace 408 años nació la hermandad entre México y Japón. En las costas japonesas de Iwawada (actualmente la ciudad de Onjuku), naufragó un buque novohispano que partió de México con 376 tripulantes. Fue en ese momento trágico cuando nació la relación de colaboración y ayuda entre México y Japón, que continúa hasta el día de hoy.
Por Violeta Bermúdez
El barco llamado San Francisco, estaba comandado por Rodrigo de Vivero y Velasco. Por tratarse de un noble nacido en la Nueva España, se le concedió una audiencia con el shogun Tokugawa Leyasu, considerado el mando militar más importante de aquella región en esa época.
Este suceso histórico, que sucedió en 1609, fue considerado como el primer encuentro diplomático entre ambas naciones, pues a partir de esto surgieron las primeras negociaciones comerciales.
Un año después, los 317 sobrevivientes regresaron a las costas de la Nueva España escoltados por buques del gran imperio japonés.
Cuatro años después, en 1614 llegó a Acapulco la misión comercial de Hasekura Tsunenaga, acompañado por 60 guerreros samuráis y un grupo de 130 comerciantes, con lo que sería el inicio de una relación financiera y de negocios.
Fue en 1888 cuando se firma el primer tratado oficial para el intercambio comercial y cultural entre México y Japón.
Las primera empresas japonesas en México
Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón expande de forma importante su relación bilateral con México, a donde llegan importantes empresas como Marubeni en el año de 1954, Mitsui en 1955, Itochu en 1956, Mitsubishi en 1962, Samitomo en 1967, Nissho Iwai también conocido como Sojitz en el año de 1970, Nichimen en 1975 y Kanematsu en el año de 1981.
Estas empresas de capital japonés pertenecían principalmente a los sectores de la industria automotriz, de autopartes, eléctrica, de productos electrónicos, así como industria maquiladora de exportación.
Históricamente estos son los sectores de la industria en los que Japón es líder a nivel internacional, sobre todo en el sector automotriz que actualmente ha puesto su confianza en la capacidad y la mano de obra mexicana para instalar plantas armadoras de sus marcas más competitivas en nuestro país, y en los últimos años, en Guanajuato.
La relación centenaria de negocios se ha fortalecido recientemente, así como los lazos de amistad, tolerancia y solidaridad entre ambas naciones.
Actualmente son 12 las ciudades mexicanas con las que Japón tiene un pacto de honor, para la colaboración, solidaridad y amistad entre pueblos. Incluso en las calles de la ciudad de Ootaki, cada año se ven desfilar a samuráis con sombrero de charro y mexicanas en Kimono durante el espectáculo del Oshiro Matsuri, el Festival de México en Japón.