Por Magdalena Méndez
La migración ha sido desde siempre una piedra angular en las comunidades tanto mexicana como japonesa, por lo que el documental Yürei (Fantasmas), de la directora Sumie García Hirata, nos da un recorrido profundo de la construcciones de las identidades japonesas que han migrado a México.
Estrenado durante el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), Yürei participó en la categoría de Documental Mexicano.
En una entrevista con la revista Encuadre, Sumie García compartió que la idea de Yürei nació a partir de su cortometraje Relato Familiar, que en 2017 ya había ganado el premio a mejor Cortometraje Documental durante el mismo Festival Internacional de Cine de Morelia.
A partir de este trabajo, la directora nikei Sumie García entró en contacto con una parte de la historia japonesa en México poco conocida, al saber que Temixco, ciudad ubicada en Morelos, fue ocupado durante la Segunda Guerra Mundial como campo de concentración para ciudadanos nipones.
Este descubrimiento llevó a Sumie a cuestionar la construcción de su propia identidad como descendiente de migrantes japoneses en México, de donde nació la idea para grabar Yürei.
“Yürei es una exploración de las influencias que el paisaje, el tiempo y los secretos tienen sobre nuestras identidades personales y colectivas. La película explora los efectos ineludibles del pasado en los descendientes de esta migración poco conocida”, compartió la directora de cine.
“La danza se convierte en un elemento que expresa lo inexpresable; las emociones reprimidas del pasado y el presente. En general, la búsqueda de relatos migratorios japoneses responde a un interés por comprender no solo mis propias raíces, sino también los efectos del silencio histórico y la profundidad de los espacios”.
A través de una visión paisajista y vivencial, García Hirata comparte la experiencia de los migrantes japonesas en México, así como la construcción de una nueva identidad histórica por parte de sus descendientes.
Estructurado a través de cinco capítulos, Yürei (Fantasmas) recorre diferentes zonas de gran importancia para la comunidad japonesa en México, desde Temixco, Perote y la Ciudad de México, hasta Ensenada y la frontera norte, construyendo un testimonio vívido a través de la coreografía de las generaciones para la creación de esta identidad propia.
Aunque ya fue exhibido en el Festival Internacional de Cine de Morelia, aún no se sabe la fecha en que llegará a las salas de cine en México, bajo el manto de la distribuidora Pimienta Films.