Por René Fúnez
El camote es uno de los productos que más se consume en Japón. Mantiene un lugar especial en la comida japonesa, porque en el siglo XVIII hubo muy malas cosechas de arroz y el camote fue el que combatió el hambre principalmente en la zona de la prefectura de Saitama.
Desde entonces el dulce sabor del camote ha cautivado a los japoneses.
Llegó a Japón desde América y rápidamente el camote mostró gran adaptabilidad a diversas tierras y climas.
Existen diferentes tipos de camote. En México, se consume dulce, salado o en su delicado sabor natural. Es uno de los productos más económicos y nutritivos de la cocina mexicana, y en Guanajuato es muy fácil de conseguir, es la zona de mayor producción de camote en el país.
Este alimento es similar a la papa y destaca por su gran valor alimenticio; además contiene abundantes vitaminas y minerales, así como fibra y antioxidantes. Otro punto a su favor, es que el precio por kilo en México es de $10 o $14 pesos.
En México existen seis tipos populares de camote: morado, amarillo, blanco, rojo, silvestre y otro conocido como camote de cerro o camote de montaña.
En Japón, las variedades populares del camote tienen como nombres: Beniaka, Beniazuma y Kintoki (beni significa “rojo” y kin “oro” en japonés). El típico camote japonés, posee una piel brillosa de color rojo púrpura y una pulpa color crema.
La forma más común de comer camote en México es hervido al vapor con miel o con piloncillo (conocido en algunos países asiáticos como jaggery), aunque también se puede preparar como puré, empleando el mismo método que con la papa. Por su fácil digestión es muy recomendado para niños y ancianos.
El camote de cerro o de montaña es muy consumido en Japón, donde es conocido como nagaimo. Es utilizado en la preparación del tororo, un platillo casero y común en Japón.
Entonces, cualquier variedad del camote mexicano, resultará muy familiar para los japoneses.