Hoy nos invade un sentimiento de dolor, y también de agradecimiento y orgullo de haber convivido con un gran ser humano como lo fue nuestra estimada amiga Betty Yamamoto”.
“A todos nosotros, nos tocó con su magia personal, su amistad, su carisma y su don de gente, fueron muchos los momentos que pudimos compartir con ella, en lo personal, en lo familiar y en lo profesional y en todos ellos, comprobamos el gran ser humano que siempre fue”.
“El legado del trabajo permanente para promover mejores relaciones, a partir de la amistad internacional y de la buena voluntad, nos alienta a seguir trabajando juntos, para que los sueños e ideales de nuestra querida amiga, sigan convirtiéndose en realidad y la mejor manera de honrar su memoria, es trabajando para que ese legado se amplíe a nuevos horizontes; su espíritu seguirá acompañándonos por siempre”.
“Ustedes, que forman parte de comunidades de otros países en nuestro estado, son testigos de esto; muy especialmente, por el trabajo desempeñado para consolidar los lazos de amistad con Hiroshima y con la comunidad japonesa; Betty se convirtió en un enlace imprescindible y en un factor de hermandad”.