Tiene la forma de una manzana pequeñita y es el ingrediente principal del “ponche”, el té más consumido entre los mexicanos durante las fiestas decembrinas.
Por Larissa Torres
El tejocote es el fruto mexicano que le da color y sabor a las fiestas decembrinas como las posadas y la Navidad.
Es una fruta que sólo nace en México y en algunas zonas de Guatemala. Crece en un árbol llamado manzanillo que mide entre 4 y 10 metros de altura, y tiene muchas espinas.
El tejocote es redondo y hay de tonos anaranjados hasta rojizos con puntitos cafés. La cáscara es delgada y áspera, mientras que la pulpa es espesa con sabor agridulce. Al centro tiene un huesito de fibra formado por 4 o hasta 6 semillas lisas, que también se le conoce como el “corazón de tejocote”.
Esta fruta es pequeña, pero con gran valor nutricional: contiene fibra, minerales, calcio y son ricos en vitamina A y C. Sus propiedades ayudan a disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y diabetes.
Puede tomarse hervido o en té como remedio casero para enfermedades respiratorias como la tos, refriado, pulmonía, bronquitis y dolor de pulmón.
Los mexicanos comúnmente consume el tejocote cocido en el “ponche” (té mexicano hecho a base de frutas), pero es muy rico comerlo en crudo.
También es utilizado en la elaboración de licores, vinos, mermeladas y dulces típicos como el ate (dulce preparado con jalea natural de frutas y azúcar).
El tejocote está fuertemente relacionado a la cultura tradicional mexicana y se utiliza en las festividades del día de muertos para adornar los altares, y en navidad además del ponche, se usa para rellenar piñatas.
La mejor temporada del tejocote es los últimos dìas de octubre y los primeros días de enero.
Su costo varía entre $20 y $30 pesos por kilo, depende del tamaño y lugar de compra. Su madurez es visible cuando el tejocote está en color anaranjado.