Por Diana Tejada
La flor del cerezo o sakura es uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa. Se considera un símbolo del renacer y de lo efímera que puede ser la vida.
En Japón cada año se realiza el Festival del Hanami en honor a la floración del cerezo durante la primavera. Familiares y amigos acostumbran a hacer un picnic bajo la sombra de estos árboles para celebrar el nacimiento de las flores.
La mejor época para contemplar este espectáculo de la naturaleza es entre finales de Marzo y principios de Abril. Sin embargo, Los primeros cerezos del año florecen en las islas de Okinawa a fines de Febrero o a principios de Marzo y los últimos en la isla de Hokkaidō la última semana de Abril o principios de Mayo. El tiempo de la floración depende de las distintas zonas del país.
Para los antiguos samuráis, la flor de cerezo simbolizaba las gotas de sangre que derramaban en sus batallas, pero también la fragilidad asociada al sacrificio y la vida de los samuráis.
Actualmente estas flores se utilizan con fines decorativos y ornamentales, pero también para el tratamiento de algunas enfermedades debido a sus propiedades diuréticas.