En la Presidencia de León, una mujer de sangre japonesa hace política y promueve las relaciones entre México y Japón.
Por Eunice Mendoza
Nieta de Goichiro Yamamoto. Hija de México y Japón.
Beatriz Yamamoto comparte dos nacionalidades. Vive dos culturas. Es una mexicana con sangre japonesa que trabaja para promover y entender sus raíces.
Por un lado, trabaja con la disciplina nipona que le heredó su abuelo.
Por el otro, es ejemplo de creatividad y esfuerzo mexicano.
Betty, como le llaman de cariño, hace política desde el cabildo de León promoviendo el turismo local. Trabaja a favor del intercambio cultural de sus dos países. Fomenta los festivales gastronómicos, es el apoyo para la apertura de nuevas empresas, es el enlace de japoneses y mexicanos.
Su trabajo político va encaminado a ayudar a sus paisanos en Guanajuato.
Betty Yamamoto está comprometida con su nueva misión.
“Quiero ser promotora de las buenas relaciones entre México y Japón.
Quiero apoyar al intercambio cultural y el idioma de ambos países.
Quiero ser la amiga de los japoneses”.
Para la funcionaria de sangre nikkei, su prioridad es trabajar a favor de Guanajuato, su casa desde hace 40 años. Y por los japoneses, su gente de toda la vida.
“Me gustaría que los japoneses que están llegando encuentren aquí lo que yo tengo: seguridad, oportunidades para trabajar y condiciones óptimas para vivir bien”.
“Quiero que como yo, se enamoren de Guanajuato, que lo sientan como su casa, que se queden aquí y tengan hijos y que se sientan afortunados de vivir en Guanajuato”.
Con el “boom” automotriz, Betty Yamamoto se reencontró con sus raíces y sus costumbres. Es orgullosamente nikkei.