El término “japonismo” fue utilizado por primera vez en 1876, para referirse al interés por la cultura nipona.
Por Diana Tejada
Hasta el siglo XVII, ningún occidental había visitado este país, pero, por razones políticas y religiosas decidieron mantenerse aislados de los demás continentes hasta el siglo XIX. Tras 200 años de ser invisibles para el mundo, llevaron su cultura al Occidente, que, al ser tan distinta, resultó muy llamativa y exótica, por lo que empezaron a importar objetos y piezas de arte.
Esta moda, dio lugar a un movimiento artístico basado en el reconocimiento, la admiración y la reinterpretación de la estética japonesa. Se trata de un estilo muy decorativo en el que la asimetría, los colores llamativos, el uso de líneas para destacar las figuras y la libertad de composición, son los principales elementos. Cada pieza está inspirada por la espiritualidad y la religión, así como la vida cotidiana y paisajes en las diferentes estaciones del año.
La sensibilidad y pasión hacia la naturaleza impregnada en el arte japonés, fue lo que llamó la atención de importantes artistas europeos, como Vincent Van Gogh y Claude Monet, quienes comenzaron a imitar la técnica en sus obras de arte.