Como todo país, Japón celebra el “cumpleaños” del nacimiento de su nación. En este caso, cada 11 de febrero se celebra el “Día de la Fundación de Japón” o Kenkoku Kinen no Hi.
Esto debido a que dentro de la tradición nipona se considera que es la fecha de la ascensión al trono del primer emperador, Su Majestad Jinmu.
De acuerdo con el antiguo libro de historia y mitología japonesa, Su Majestad Jinmu, descendiente de la diosa del sol Amaterasu, ascendió al trono como el primer Emperador el primer día del año 660 a.C.
Dado que Japón utilizaba en ese entonces el calendario lunisolar, se considera que el primer día del año coincide con el 11 de febrero dentro del calendario gregoriano, por lo que esta es la fecha en la que conmemoran el Día de la Fundación de Japón.
Una tradición de largos orígenes
Esta es una de las celebraciones de fundación más antiguas del mundo, pues en Japón se constituyó desde la restauración Meiji, cuando se vinculó a la familia imperial con la leyenda del primer Emperador, Jinmu.
Fue desde esta época que se estableció el Día de la Fundación de Japón (antes también llamado como “Día del Imperio”), como fiesta nacional en todo el país.
En aquel entonces, se celebraba con grandes desfiles, competiciones deportivas, lecturas de poemas, cantos del himno nacional y discursos patrióticos, para celebrar la unidad de la nación del Sol Naciente.
Aunque después de la Segunda Guerra Mundial fue abolida por un tiempo, en 1966 se reestableció esta celebración, esta vez bajo el nombre de “Día de la Conmemoración de la Fundación de la Nación”.
Aunque la celebración pública ahora es más discreta, muchas oficinas gubernamentales y empresas deciden cerrar este día, considerado por algunos como un día de asueto.